Producto de décadas donde sólo se buscó alimentar el consumo artificialmente y se dejó de invertir en educación, obras de infraestructura, modernización de leyes como las laborales y se permitió el crecimiento de una burocracia sindical y empresarial que no acompañó la evolución de los adelantos tecnológicos ni hizo más eficiente los procesos productivos, la Argentina termina mostrando indicadores cada vez más débiles en rubros en los que alguna vez sobresalió, como el educativo, según especialistas.
El país aparece en los últimos lugares en los rankings de libertad económica, educación, atención de la salud y otros considerados claves para que un país pueda decir que está en vías de desarrollo.
«Se podría decir que la Argentina está en vías de subdesarrollo, involuciona, en buena medida por la mediocridad de la elite gobernante que elige la gente», es el crudo diagnóstico que da uno de los principales especialistas de un organismo internacional que acaba de aprobar un nuevo crédito para el país en materia de infraestructura.
En la Argentina, se suceden los gobiernos de distinto signo que cambian todo lo hecho por el anterior. En Brasil, derecha e izquierda se alternan en el poder, pero los gobiernos mantienen algunas políticas de Estado. Lula Da Silva mantuvo el rumbo de varias iniciativas de Jair Bolsonaro, a pesar de que se detestan.
El resultado: Brasil creció 2,5% en 2023 y tiene balanza superavitaria con la Argentina.
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Adiós a la clase media.
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El alza del costo de vida -dio 25,5% en diciembre último y sería del 20% en enero- empuja hacia arriba las exigencias de las familias para mantener su nivel de vida. En la ciudad de Buenos Aires, que registró una inflación del 21,7% en enero, hacen falta $888.116 para ser considerado de clase media.
Es el dato que surge del informe mensual de líneas de pobreza y canastas de consumo de la Dirección General de Estadística y Censos de la ciudad, y corresponde a un grupo familiar de cuatro integrantes (dos mayores y dos menores).
El número marca un incremento del 19,2% con respecto al dato de diciembre (la canasta estimada era de $745.270). En enero fueron necesarios $142.846 más que en diciembre para que ese mismo grupo familiar siga siendo considerado de clase media.
El informe, sin embargo, realiza sus estimaciones para familias propietarias de su vivienda. Es decir, no contempla en sus cifras el costo del alquiler de una propiedad. En la Ciudad de Buenos Aires, según los últimos números de la plataforma de avisos online Zonaprop, el valor promedio mensual de un departamento de tres ambientes ascendió a $558.710 en enero.
De esta manera, aquellas familias que sean inquilinas en Capital (se estima que más de un tercio de sus habitantes lo son), el ingreso mínimo para ser considerado estadísticamente de clase media es de $1.444.826.
Más allá del dato de inflación (21,7%), hubo ajustes por encima del promedio en categorías sensibles como alimentos, transporte (naftas y colectivos), salud (planes de medicina prepaga) y recreación, que afectaron a los ingresos de la población.
El informe estadístico oficial estimó el valor de la canasta alimentaria y la canasta básica total, que utilizan para determinar los umbrales estadísticos de indigencia y pobreza en la ciudad. La primera, que toma en cuenta el valor de una canasta de alimentos básicos, se determinó en $350.564 para ese hogar de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores). De esta manera, el grupo familiar que no alcanzó en enero un ingreso mínimo de esa cifra fue considerada indigente.
A nivel país, se estima que el 2023 cerró con más de 5 millones de personas en la indigencia. Un drama feroz en el país que produce alimentos por excelencia.
Las canasta básica total, que además de alimentos considera otros elementos esenciales como ropa, educación o recreación, se definió en $590.041 en diciembre. En consecuencia, fueron considerados pobres aquellos grupos familiares que no tuvieron un ingreso mensual de por lo menos ese valor en enero.
CHAU CLASE MEDIA: HAY QUE GANAR CASI $900 MIL PARA SER PARTE DE ESE GRUPO SOCIAL QUE FUE EL MOTOR DE LA ARGENTINA
Ser de clase media empieza a quedar en el olvido en una Argentina empobrecida, donde más del 50 por ciento de la gente no llega a fin de mes y, de ese total, más de 5 millones no pueden completar tres platos de comida diarios.