«Esta aceleración es atribuible, en primer lugar, al impacto de los aumentos en los combustibles, las tarifas, las prepagas y la educación, que estaban previstos. A ello se sumó el incremento en los precios de las commodities, por efecto de la guerra en Ucrania», indicó el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, Víctor Beker.
A eso se sumó -según el economista- el anuncio de la «guerra contra la inflación», que realizó el presidente Alberto Fernández: a su criterio, esa actitud «generó, inmediatamente, remarcaciones preventivas de precios, por temor a su congelamiento. Es decir que tuvimos una ‘tormenta perfecta’».
«Fernández adhiere a la explicación monocausal preferida por algunos sectores del oficialismo: la inflación sólo la generan los formadores de precios monopólicos. Incurre aquí en un error conceptual, confundiendo precios altos con alza de precios», enfatizó.
Además, explicó que la concentración de la oferta «puede explicar precios elevados, pero no precios en alza continua», a la vez que dijo: «No se entiende por qué el monopolista no utilizaría su poder de mercado para fijar de una vez el mayor precio posible y no en cuotas, como parece sostener la teoría comentada».
Beker señaló: «Tampoco se comprende, si la causa fuera la concentración económica, por qué en 2004 la inflación fue de apenas un 4,4%. ¿Aumentó la concentración en los años posteriores? ¿O por qué países como Brasil, Uruguay o Chile, con niveles de concentración iguales o mayores que el de Argentina, tienen tasas de inflación notoriamente inferiores?».
En este marco, el economista consideró que «identificar la enfermedad es un primer paso. El segundo es tener un buen diagnóstico. Y el tercero, elegir la medicación correcta para combatirla. La inflación no tiene una sola causa y peor aún es atribuirla a una falsa causa».
«Se trata de un fenómeno multicausal y, por ello, el éxito de cualquier estrategia antiinflacionaria que se encare requiere de un enfoque integral capaz de atacar el conjunto de los factores inflacionarios. La clave reside en enfrentar este flagelo con un conjunto coordinado de medidas monetarias, fiscales y cambiarias, y contar con la voluntad política de llevarlo a cabo», evaluó.
No obstante, opinó que la inflación es la «carta bajo la manga» del Gobierno para seguir licuando el gasto y eventualmente cumplir con las metas fiscales acordadas con el FMI.
«Dado que los gastos dependen de la inflación pasada, mientras que los ingresos son función de la inflación presente, una mayor inflación es siempre un instrumento para reducir el déficit fiscal en términos reales», completó Beker.
El INDEC difundirá este miércoles los datos oficiales de la inflación de marzo.
ESTIMAN QUE LA INFLACIÓN DE MARZO SE ACELERÓ AL 6,1% POR UNA «TORMENTA PERFECTA» DE AUMENTOS
La inflación de marzo trepó al 6,1% a raíz de la "tormenta perfecta" de aumentos que se registró durante ese mes, de acuerdo con un informe difundido hoy.