Según el director general de Syngenta para Latinoamérica Sur, Antonio Aracre, «no hay forma de desacoplar el precio interno de los alimentos de los precios internacionales a través de las retenciones, porque el impacto que tiene en el valor final de un producto en góndola es mínimo».
«Por ejemplo, para a anular el impacto que tuvo la guerra en Ucrania del precio internacional del trigo, se deberían subir las retenciones entre un 12% y un 50%. Y eso sería confiscatorio», aseguró.
Sin embargo, aclaró que «eso no significa que no haya un problema de desacople entre el salario paupérrimo que cobran muchos argentinos y el costo de los alimentos».
Por su parte, el presidente de la empresa de agronegocios Lartirigoyen & Cía, Ignacio Lartirigoyen, advirtió que «el exceso de retenciones ha generado una gran transferencia de ingresos desde el interior a las ciudades más concentradas del país».
«Esa transferencia de recursos del interior productivo al Gobierno para que los distribuya, es lo que hace que haya mucho menos inversión en la transformación de materias primas», consideró el directivo.
Ambos empresarios se expresaron así al disertar en un panel del Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
En ese marco, Aracre estimó: «Va a ser muy difícil para la Argentina recuperar la confianza que ha perdido, porque son 30 años de celebrar defaults, de reperfilar deuda en pesos, que es algo muy difícil de entender, de deshonrar compromisos de manera recurrente».
A su criterio: «Eso no se puede revertir de forma rápida, ni siquiera con un cambio de Gobierno. Entonces, para salir de este atolladero, habrá que inventar algo: por ejemplo, un sistema a través del cual si nuestras instituciones no son confiables, a quien esté dispuesto a traer sus ahorros del exterior que permitan financiar proyectos en el país, asegurarle una institucionalidad prestada, por caso en tribunales de Nueva York».
«Tal vez suene poco patriótico, pero creo que es de sentido común, en un momento con tantos proyectos por delante que hay en el país», añadió.
Aracre dijo que, si bien la Argentina «pasa por un momento difícil», el país tiene «muchos proyectos para vencer las limitaciones por las que atraviesa» y dijo: «Producimos en abundancia productos que el mundo necesita y en eso, somos confiable».
«Además, tenemos un mercado interno relativamente chico, por lo cual tenemos un excedente exportable enorme. Y si las exportaciones crecen, se podrá terminar con las restricciones externas, que hacen que nuestras tasas de crecimiento no puedan superar el 3% o 4% anual porque inmediatamente nos quedamos sin reservas», resaltó.
En ese sentido, vaticinó: «Esa puede ser una Argentina para dentro de tres o cuatro años. Pero a veces siento que nos quedamos atrapados en la desgracia inflacionaria».
Sobre este punto, consideró que será difícil «tener una inflación baja en los próximos 18 meses, porque la Argentina necesita recuperar su valor en dólares».
En tanto, el director de finanzas de la Asociación de Cooperativas Argentinas, Alejandro Bertone, destacó que en la Argentina «hay muchísimo potencial a nivel de industrialización, de agregado de valor en el país».
A la vez, sostuvo que el crecimiento de la producción «necesita mayor eficiencia de la cadena» agroindustrial.
