Ante la necesidad del Gobierno de cubrir el desequilibrio de las cuentas públicas, el Banco Central ya emitió «pasivos remunerados» (su deuda) «por un equivalente a $206.000 por cada argentino», según señaló la consultora Focus Market.
Como esos pasivos (que debe ser refinanciado continuamente) no están respaldados en forma genuina (mayores reservas) y su circulación depende de la decisión del público de aceptarlo, las presiones inflacionarias suman un nuevo combustible.
«El nivel de pasivos remunerados del BCRA es cada vez más con relación a la cantidad de habitantes. No solo no logró mejorar en el tiempo el nivel de ingresos promedios de los bolsillos de cartera de los habitantes de nuestro país sino por el contrario permitió que la inflación cause más estragos que beneficios», señaló el informe que lideró Damián Di Pace.
El trabajo remarcó: «La caída de la demanda del peso en Argentina implica que incluso disminuyendo el déficit fiscal los billetes circulantes en la economía generen mayor variación de precios en los bienes y servicios de nuestra economía».
En consecuencia, sostuvo que «no tener buena fortuna en las colocaciones de deuda en año eleccionario la presión inflacionaria podría ir al alza sobre el actual nivel», indicó Di Pace.
A su vez, estimó que «en el sendero eleccionario de este programa económico con financiamiento en pesos del déficit fiscal podría dejar pagos por delante por $16 billones hasta la finalización del actual mandato presidencial».
«El origen de la moneda fue para tener un valor de cambio que nos permita generar transacciones y adquirir diversos bienes y servicios. Sin embargo, en Argentina la cantidad de moneda en forma de deuda del Banco Central más que duplica al que tiene los argentinos en circulación», explicó el economista.
Di Pace señaló: «La pérdida de poder adquisitivo del peso ha sido la más fuerte en la región en los últimos 5 años y sin embargo parecería ser que este camino aún no ha llegado a su fin».
«Los pesos emitidos no han surgido de la creación real de la riqueza para ser distribuidos entre nuestra población sino de la maquinaria del BCRA para esterilizar los pesos sobrantes en el mercado a los efectos de cubrir el déficit fiscal», agregó.
Di Pace amplió su argumentación al sostener que «el nivel de crecimiento de la economía establecido por la variable PBI medida en trimestres, se encuentra por debajo tanto de la base monetaria (expresada en %PBI) como del nivel de pasivos remunerados (expresada como % PBI)».
«Es decir –continuó-, la creación de oferta monetaria creada para atenuar algunos efectos de corto plazo de la escalada de precios no logró generar un crecimiento sostenido a nivel económico ni mejorar el nivel de ingresos en el tiempo del bolsillo de los Argentinos».
El economista enfatizó: «Al Estado Nacional le preocupa resolver la cobertura de su déficit fiscal por más que agrande el problema del bolsillo de los pasivos remunerados del BCRA y por más que genere el cuarto problema inflacionario mayor en el mundo en el bolsillo de los argentinos».